miércoles, 8 de febrero de 2012

Días grises.

Vida, muerte. Son dos palabras tan distintas pero a la vez tan parecidas. Las dos te hacen tener emociones, tanto de alegría como de tristeza. Una trae esperanza y la otra dolor. Por mucho que uno quiera pensar en uno de estos conceptos por separado, no puede. Una está ligada a la otra por naturaleza. Es tanto lo que te puede dar o quitar que no te imaginas que pueda ser en un simple momento, en un instante. En un lugar alguien está agradeciendo la vida de un nuevo ser, de alguien que vivirá todo lo que hay en este mundo pero a la vez en otro sitio hay personas que se plantean tantos "por qués", que entristecen, que rompen a llorar justo, e identicamente igual, a cuando nacen.
Unos ven claridad en los días normales, alegría, festejan el nacimiento de esa nueva persona. Otras, en cambio, no son videntes, ni mediúm, pero ven que se aproximan nubarrones muy negros. Apreciar lo que uno tiene siempre antes de que sea tarde es lo mejor que se puede hacer.

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